Tu rostro componiéndose en mis ojos como la mejor música.
Fue el día que oí el hermoso sonido de tu voz.
El día en que todo fue aturdimiento,
mi oído flotó por unas horas en medio de otro universo
de éxtasis e ilusión,
chillando como flauta encantada y seducida por amor.
¿Has sentido cuando el corazón se va a otra parte?
¿Has sentido cuando el corazón galopa sobre caballos salvajes?
¿Has alcanzado subir al parlamento de naves?
¿Has conocido el amor de alguien exorbitante?
A veces, la vida parece enfriarse repentinamente...
Es ahí, cuando aparece ese ser maravilloso e increíblemente precioso
a partir tu entendimiento y juicio;
ese ser que puede verte como en un reflejo de agua cristalina
y como en un vidrio limpio y llano.
Es ese ser a quien tú también puedes ver realmente.
Encuéntralo, cuando lo encuentres, verás de que hablo...
Ese instante en el que todo es preparado
antes de nacer
y luego de morir
o incluso, cuando todo está existiendo
y cuando todo está existiendo en lo invisible como otros mundos...
Es ese fragmento de tiempo donde te enfrentas al amor
y ya nada más importa, todo se deshace en el marco del universo.
Y ya nada más importa,
debajo el marco del universo.
Desearía poder entrar en tu alma:
dejar una siembra de risas por siglos,
beber un poco de tu esencia
y mezclar nuestros espíritus en una rima
de melodías únicas.
En una ruina de objetos banales,
espera que todo suceda
como el cambio de puestas en las mañanas,
déjate llevar por el hilo conductor que nos une.
Tu rostro componiéndose en el aire como la mejor música,
son las letras que arman los ambientes
en el lugar en que los sentimientos se fusionan
para vivir el mayor de los caminos y el mayor componente
de luz y sazón para los amantes,
enriqueciendo tu ruta.
El lugar al que pertenecen los sonidos
de luz de luna.
Te amo como siempre.
Te entiendo únicamente.
Te amo de repente.
Te amo eternamente.
NOTA: Este poema es para vos, mi amor.
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