sábado, 19 de mayo de 2012

La resurreción del estallido enmarcado.


...Pero... no es más que dulzura al deslizarse de las sabanas cada mañana decodificando un “nuevo despertar” templado en la siempre constancia de pertenecer a un sitio; un recuerdo duradero como aquello de lo que no se quiere desprender… Hay una cita de caducidad en la sala  de los delfines galácticos; un enjambre ocasional parecido a destellos de partículas gravitatorias en pleno lumbre sedado por una onda de eclipses caídos desoladamente del cabello pragmático y sensitivo, parece culminar con algún tipo de resignificación  obstinada al abandonar las huellas de la aterciopelada sonrisa, dibujada desde lo lejos del espacio como una copia perfecta de ramas y dalias en el espejo, encaminado a esta situación, habita la culpa de una grave dinamita esperanzada amenazando con precipitarse y quemar desde arriba en cualquier instante hacia las cenizas tapizadas de caricias recelosas, anhelando un frágil encuentro del lazo engañoso reproduciendo el esfuerzo de pararse en la lucha como mariposa al nacer.
Quiero expirar un poco cuando tengo frío junto al lago, llévame a jugar a las raíces del camino inmortal.  















Derechos reservados de autor. Alice Perkins. 



















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