viernes, 25 de mayo de 2012

Amor.

Esto es como esos cuentos de hadas que se solían escribir en el siglo pasado, solo que mi historia (hasta el momento) no tiene un buen final. La historia narrada de mi vida a quién nadie importa: la persona olvidada por el mundo ajena e irrelevante a todos, recluida en su pequeña cabaña tratando de escribir y hacer un mundo perfecto desde su imaginación. En mi mundo hay mucho amor, de hecho, es lo único que existe en mi mundo: Amor.
Si algunos de mis escritos o si alguna obra de arte mía sirven para alguien algún día, seré completamente feliz. Soy feliz ahora sabiendo que algo de lo que hago servirá a algún alma necesitada de amor como siempre lo estuve yo, solo que ahora he creado mi propio amor en mí y es lo mismo que tener el mundo que todos conocen en mis manos. 
Soy solo una chica que busca dar un poco de su mundo al mundo.

























Manto.

Mi corazón está en venta
A reabrirse acumulado en las grietas de la luna inhabitable de miel
-Cuna de mariposas en la sala de menta,
La sabana repartida desde la taza de té sobre el presente;
¡Dinastía de hechizos sustraídos desde la brisa!, ¡Destellos de supernovas en sus ojos!
El hilo que une en pinzas de risa a algunos atesorados pastores-,
lágrima derramada desde la montaña eliminadora de hoyos,
¿Dónde has estado?, en un milenio, dónde has estado
En una siembra de poder por mil cuerpos

Anímate a contemplar el sol en el portal,
He borrado sin querer algo importante,
Recupérate con tus luces incandescentes de coral
He trazado una línea que derriba un mínimo de mi mundo en el mundo repelente
Preveme de placer de ti y las escrituras de tu rostro parcial
Dame solo…
Ahora cruje el viento,
Armas de piedra en este cemento de enamorados
Alguien ha drenado en la habitación simpatía en la cama de los encaminados
Dame solo un temperamento de cariño en el tiempo

Que me cubra el manto americano de tu mente 
Que descubra la partida de risas frenéticas en la cita hurtada 
Afilando y afinando las lívidas uñas en tu silla de Rey
Anida en mí y trepa esa ventana truncada,
Sustituye las redes trémulas desdobladas para  
Algo que solía rugir allí junto a la celda
Algo tibio, algo recto, algo cerca
silaba desechada, ¡echo de menos!  












Derechos reservados de autor: Alice Perkins. 








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